Lo primero de todo que hay que tener en cuenta a la hora de tratar este tema, es la estructura del paladar. Éste tiene una zona anterior de hueso y otra posterior más blanda para finalizar en la úvula o también llamada más popularmente “campanilla”, que es una proyección carnosa que cuelga al final del paladar.
La cuestión es, ¿Por qué puede inflamarse? Son diversas las causas, aunque en la mayor parte de los casos no suele tratarse de nada grave y se soluciona con tratamientos muy sencillos. Es poco común encontrarnos con un paladar inflamado de gravedad.
Síntomas más comunes
Los síntomas que suelen acompañar a un paladar inflamado son un ligero dolor o malestar, la boca seca o la presencia de llagas o ampollas. ¿Y entre sus causas? Encontramos las úlceras bucales o el herpes labial. También puede darse por un traumatismo o una herida causado por la ingesta de un alimento demasiado caliente o muy duro
Otras posibles causas del origen del paladar inflamado las podemos encontrar en los cambios hormonales, el estrés, el tabaco, la deficiencia de vitamina o la deshidratación, ya que puede provocar que se seque en exceso la boca y, si no se toman medidas, el resultado final puede ser la inflamación del paladar.