Los piercings orales, como los de lengua y labios, se han convertido en una moda popular, especialmente entre los jóvenes. Sin embargo, si llevas brackets, esta tendencia puede traer más complicaciones que estilo. La combinación de piercings y ortodoncia es un riesgo que no debes subestimar.
Posibles complicaciones: El metal del piercing puede interferir con los brackets y los alambres, provocando daños en el aparato ortodóntico. Estos daños no solo afectan la eficacia del tratamiento, sino que también pueden retrasar tu progreso hacia una sonrisa perfecta. Además, el contacto constante entre el piercing y los brackets puede provocar irritaciones, heridas o incluso infecciones en las encías y la lengua.
Mayor riesgo de infecciones: Los piercings en la lengua o el labio crean una puerta de entrada para bacterias que pueden causar infecciones orales. Cuando se combina con brackets, que ya dificultan la limpieza dental diaria, el riesgo de desarrollar infecciones y enfermedades periodontales aumenta significativamente. Mantener una buena higiene oral es crucial, pero con piercings y brackets, esta tarea se vuelve aún más complicada.
Daños permanentes en dientes y encías: El roce continuo del piercing contra los dientes y las encías puede provocar desgaste dental, recesión gingival e incluso fracturas en los dientes. En casos extremos, el daño podría ser irreversible, afectando no solo la estética, sino también la funcionalidad de tu boca.
En resumen, si llevas brackets, es recomendable evitar los piercings orales para proteger tu salud bucal y asegurar un tratamiento ortodóntico efectivo y seguro. Prioriza tu sonrisa y consulta siempre con tu ortodoncista antes de tomar decisiones que puedan afectar tu salud dental.