Es normal que, tras una limpieza dental, se experimente algo de incomodidad o dolor en la boca. Aunque este malestar puede parecer preocupante, es generalmente temporal y forma parte del proceso de recuperar una salud bucal óptima.
En primer lugar, la acumulación de sarro en los dientes y encías, cuando se elimina durante la limpieza, deja al descubierto áreas sensibles que antes estaban cubiertas. Esta exposición puede generar sensibilidad, especialmente en pacientes que no se han sometido a una limpieza profunda en mucho tiempo.
Otro factor importante es la inflamación de las encías. Si padeces de gingivitis o periodontitis, tus encías pueden estar más sensibles y propensas a sangrar. Al limpiar profundamente estas áreas, el tejido gingival puede irritarse temporalmente, lo que causa dolor y molestias.
El uso de instrumentos ultrasónicos o curetas para eliminar la placa también puede generar algo de incomodidad, especialmente si el sarro estaba profundamente incrustado. Estos instrumentos, aunque efectivos, pueden causar pequeñas irritaciones en la superficie del esmalte y encías.
El dolor y la sensibilidad suelen desaparecer en pocos días. Sin embargo, para aliviar las molestias, se recomienda el uso de pastas dentales específicas para dientes sensibles y enjuagues bucales suaves. En la Clínica Dental Javier Gisbert, ofrecemos un seguimiento personalizado para asegurar que tu recuperación sea rápida y sin complicaciones.
Si el dolor persiste más allá de unos días, no dudes en ponerte en contacto con tu dentista para una revisión detallada. ¡Estamos aquí para ayudarte a mantener una sonrisa sana y sin dolor!