El cepillo de dientes no sólo nos ayuda a tener una sonrisa más bonita, blanca y cuidada, sino que además su uso también es la base de una buena salud bucodental. No obstante, hay algunos mitos respecto a él y hoy, desde Clinica Dental Javier Gisbert nos centramos en tratar uno de ellos.
Seguro que muchas veces has pensado que si nos cepillamos los dientes de manera más enérgica, conseguiremos una limpieza mucho mejor. La creencia de que se eliminan más bacterias o restos de alimentos de esta forma es errónea, al igual que lo es la de usar un cepillo de cerdas duras.
Cuando se trata de escoger un cepillo, debe ser uno que no dañe nuestras encías. Es cierto que hay marcas que los siguen fabricando, pero haciendo caso al consejo de los profesionales. el de cerdas suaves es mucho más recomendable. Este tipo no agrede las encías y hace una buena limpieza dental; para aquellas personas que tienen problemas de esmalte o dientes sensibles, se aconseja usar uno de cerdas extrasuaves.
El uso de cepillos de cerdas duras nos puede llegar a erosionar los dientes, además de aumentar el riesgo de que nuestras encías sangren y el esmalte se dañe. Es por ello que la técnica y escoger bien el cepillo es muy importante.
El cepillo de cerdas duras sólo se recomienda en determinados casos, tales como: