En un tratamiento de ortodoncia encontramos los retenedores que tienen como objetivo impedir que los dientes se muevan, por lo tanto, garantizan que la ortodoncia dejará los resultados esperados.
La importancia del uso de este elemento radica precisamente en la prolongación del resultado del tratamiento encargado de corregir la posición de los dientes. Los retenedores se encargarán de que los dientes se mantengan en la nueva posición obtenida por la ortodoncia.
Conociendo la importancia de este elemento, pasamos a dar algunos consejos y pautas que puedes seguir para cuidar de tus retenedores.
Se trata de un elemento resistente y que permite su movilidad, pero debemos tener especial cuidado a la hora de quitarlos, ya que podríamos dejarlos caer y romperlos o podríamos producir un desgaste de los mismos si siempre tiramos de la misma zona al sacarlos de nuestra boca.
También necesitan limpieza, por lo que es muy recomendable lavarlos cada vez que los retiramos para evitar que se acumule suciedad. Lo mejor es lavarlos con agua y jabón natural para que no pierdan su aspecto transparente.
Debemos tener la precaución de no masticar con ellos puestos. Es decir, morder bocadillos, por ejemplo, puede perjudicar al retenedor, incluso puede llegar a partirlo. Tampoco es recomendable que mordamos nuestras uñas con ellos puestos.
Cuando no los tenemos puestos, es recomendable que estén en su caja, ya que será el lugar más seguro para ellos.
Por último y no menos importante, os recordamos que las revisiones periódicas nos pueden ayudar a saber si la función del retenedor es correcta y si los resultados de nuestra ortodoncia son los que esperábamos.